martes, 29 de octubre de 2013

BUTTERCREAM PARA CUBRIR TARTAS Y CUPCAKES

Hola, como os prometí aquí os traigo la receta de buttercream (crema de mantequilla) que yo utilizo para rellenar tartas o para decorar cupcakes. Es muy sencilla y apenas necesita elaboración. A continuación os relaciono los ingredientes y os comento el modo de preparación de la crema.

 Ingredientes:


  • 1 Tarrina de mantequilla sin sal de 250 grs. (Aseguraos que sea mantequilla, porque con la margarina el resultado no es igual, no tiene cuerpo la crema).
  • 500 grs. de azúcar glasé o azúcar en polvo (no vale hecha en casa con la termomix) ya que la industrial es mucho más fina y menos pesada.
  • Una cucharada de esencia de vainilla o extracto (yo pongo la que encuentro en el supermercado que es de la marca Vahiné), pero os puede servir cualquier otra que tengáis por casa.
  • Entre 4 y 6 cucharadas de nata líquida para montar (35,1% de materia grasa)
  • Una pizca de sal. (La sal realza el sabor de la crema).
  • Colorantes alimentarios (opcional)

Preparación:

Empezamos batiendo la mantequilla con las varillas hasta que se quede muy blanda. (Es necesario que la mantequilla esté a temperatura ambiente y que su consistencia sea como de pomada).

Antes de añadir el azúcar en polvo, lo tamizamos, es decir lo pasamos por un colador para evitar que queden grumos y que se apelmace la masa.

Una vez tamizada el azúcar, la vamos añadiendo a cucharadas poco a poco, hasta que se vaya integrando toda, (vemos como la crema va cogiendo un color más claro, a esto se le llama blanquear). 

Finalmente añadimos la sal, la esencia de vainilla y la nata.
¡Cuidado al añadir la nata! Debemos hacerlo de cucharada en cucharada, hasta que veamos la consistencia perfecta. (Si no es necesario no pondremos toda la nata, porque a lo mejor nos queda la masa´menos espesa, eso lo vamos viendo) Si notamos que está demasiado floja la crema, añadiremos algo más de azúcar para darle cuerpo.
  
El resultado es una crema firme, pero sedosa al paladar. Cuando levantamos las varillas de la batidora, debe formar picos y mantenerse. Esto significa que hemos conseguido la textura necesaria para utilizar nuestra crema para cubrir tartas o también para decorar cupcakes. (Este es el momento de teñir la crema, si queréis darle otro color, por ejemplo para decorar unos cupcakes en forma de rosas, la teñiría con un poquito de colorante en pasta rojo, para conseguir un color rosado bonito).
Había olvidado comentaros que si queréis,  podéis teñir la crema con colorantes alimentarios, que podéis encontrar en tiendas de repostería especializadas, pero tendrán que ser colorantes en pasta o gel, ya que el colorante líquido no es apropiado para mezclar con una base de mantequilla y además variaría la consistencia de la crema, incluso estropeándola.
Bueno pues ya la tenéis preparada. ¡Os va a encantar! Fácil. Rápida. Os vale para decorar como os he dicho antes, tartas o cupcakes y seguro que os desaparece. Solo me falta deciros que si os sobra un poco, podéis guardarla en la nevera en un taper hermético y que os dura varias semanas. Eso sí cuando la vayáis a utilizar de nuevo, debéis sacarla unos veinte o treinta minutos antes de la nevera y dejarla a temperatura ambiente. Depués batir con las varillas durante un par de  minutos y podréis decorar de nuevo con ella. ¡Está deliciosa! Espero que os guste tanto como a mí.

Saludos

María José

¡Y no os olvidéis de poner un dulce en vuestra vida!

 

 

 

 




jueves, 24 de octubre de 2013

TARTA CLUB PENGUIN

Hola amigos, esta semana os voy a poner las fotos de una tarta muy especial, la de mi hijo Iván. Y es que cada vez me lo pone un poquitín más difícil. Es fan de Club Penguin; un juego de ordenador que consiste en unos muñequitos que son pinguinos y éstos a su vez tienen unas pequeñas y simpáticas mascotas que se llaman Puffles. Pués bien, como cada cumpleaños, le suelo preguntar de qué quiere que le haga la tarta, y él me da una idea de algo que le guste, aún así, no deja de ser sorpresa, pués aunque él sepa el tema de la tarta, nunca se imagina el resultado final. Este año ha tocado Club Penguin, ¡y yo encantada!
Os cuento: preparé un bizcocho esponjoso de limón y lo rellené de nata (en casa nos gusta mucho la nata, somos muy tradicionales). Pero ahora viene lo difícil, y me vais a decir, ¿una tarta con fondant, rellena de nata? Si. Ya lo sé. No es recomendable el relleno de nata, ni de trufa para las tartas con cobertura de fondant (o pasta de azúcar),  porque ésta es muy pesada y el relleno no aguanta el peso de la decoración.   Es uno de mis inventos y la verdad, me salió delicioso. Mucho menos pesado, que si la tarta hubiera sido toda de fondant.
Os  lo explico:  El bizcocho estaba  relleno de nata  y cubierto de nata montada tambien. Ahora viene lo de "mi invento"; como mi hijo quería un paisaje de pinguinos pensé que la nata podría ser el escenario perfecto para un paisaje polar, donde poder poner sus mascotas preferidas. Me puse a modelar pinguinos y puffles y se me ocurrió que podía poner un iglú de fondant encima, de esta manera al que le gustara el fondant podría disfrutar de una porción, y al que le resultara demasiado pesado, podría optar tambien por un clásico bocado de tarta de nata.
Dicho y hecho. Horneé en un bol pequeño, una semi esfera de bizcocho. Preparé una buttercream de vainilla (esta crema es ideal para los rellenos de tartas de fondant, en el próximo post os prometo poneros la receta de la que yo hago, que sale deliciosa) y lo rellené y cubrí por completo para después colocarle la cobertura de fondant, que le daría el verdadero aspecto de iglú.
 






 
Una vez montado el pequeño iglú encima de la tarta de nata, solo quedó poner sus personajes favoritos  y añadir unos copos de nieve cortados en fondant de color azul celeste para que hicieran contraste en la tarta blanca.
 
Con una manga pastelera, decoré los bordes haciendo con una boquilla de estrella, unas ondas. Espero que os guste el resultado. Lo que sí os puedo asegurar es la cara de sorpresa de mi hijo cuando la vió. No se la imaginaba así. Su sonrisa era radiante y sus ojos brillaban de felicidad. Otro año... ¡prueba superada!
 

lunes, 14 de octubre de 2013

BIENVENIDOS A MI BLOG

Para aquellos que os preguntéis como he llegado hasta aquí,  voy a contaros mi historia:

     Tengo dos hijos y uno ellos,  mi pequeña,  cuando iba a cumplir tres años, me pidió que le comprara una tarta de princesas. Me fui a una pastelería cercana a casa y se la encargué. Llegó el día de su cumpleaños y fui a recoger la tarta. Era una tarta rectangular de nata. Habían coloreado la superficie de marrón y verde y llevaba un borde de color rosa fuerte alrededor de la tarta, realizado con manga pastelera. La decoración: una minúscula muñequita de plástico con un vestido blanco y una mini-carroza de princesa también de plástico. Para ser una tarta infantil los colores de la tarta no me parecían nada bonitos, pero como llevaba la muñequita y la carroza, pensé que a ella le gustaría, aunque a mí no me terminaba de convencer mucho.

     Celebrábamos el cumpleaños por la tarde con la familia, todo iba bien hasta que llegó la hora de sacar la tarta. La niña se llevó una gran desilusión al ver la tarta y al igual que a mí,  tampoco le gustó. En aquel momento sentí tanta rabia y decepción por el mal rato que estaba pasando la niña, que la prometí que para el año próximo yo iba a ser quien le iba a hacer "la tarta más bonita del mundo". Y desde entonces me puse a investigar por mi cuenta, a mirar en blogs y a aprender todo lo posible sobre decoración de tartas y fondant. Siempre me había gustado la repostería y reconozco que no se me daba mal, aunque está mal que yo lo diga, pero dicho sea de paso,  de ahí a hacer una tarta de diseño,  ¡era todo un reto!
     Y pasó un año... El día anterior a su siguiente cumpleaños, le pregunté a mi hija de qué quería que fuese la tarta y ella me contestó que se la hiciera de esas pequeñas mascotitas con forma de animalitos, ya sabeis, Littlest Pet shop, y claro tenía que hacérsela, si no su decepción, sería mayor. Me puse manos a la obra y después de varias horas decorando y modelando, este fue el resultado.


     Lo mejor, ver a mi hija feliz al ver su carita resplandeciente de alegría y de ilusión. Valió la pena todo el trabajo y el tiempo invertido. Después vino el cumpleaños del niño que no quería ser menos que la hermana y le hice también su tarta. Y así un cumpleaños tras otro... empecé por los de la familia, continué con los de los amigos... y desde entonces sigo, porque  os aviso, ¡esta afición engancha!. Lo que antes era un sitio para cocinar, se ha convertido para mí, en: MI MARAVILLOSO RINCÓN  DE REPOSTERÍA CREATIVA.  ¡Estáis todos invitados a compartirlo!